Hoy, 21 de marzo, se lleva a cabo el primer Consejo Social del CIFP Centro del Mar del SOIB como centro integrado de formación profesional.
Queremos destacar este acontecimiento por la consolidación del Centro en el ámbito educativo, pero también, para ser el primer Consejo Social que se hace en el ámbito insular. Este acto marca el inicio de una nueva etapa de mejora en la estructura de la formación profesional en la isla, puesto que el Centro del Mar es lo primero, y por ahora el único, centro integrado de formación profesional.
En este sentido, queremos recalcar la importancia de los centros integrados de formación profesional (CIFP), puesto que son centros educativos orientados a ofrecer una amplia gama de programas de formación profesional en diferentes áreas, en que se incluyen industria, comercio, servicios y agricultura, entre otras. En nuestro caso, está orientado al sector náutico, tejido productivo clave a la economía de Menorca y de las Islas Baleares.
Los CIFP están diseñados para proporcionar a los estudiantes una formación completa y de alta calidad, combinando la formación teórica con la práctica en talleres y laboratorios, y la realización de prácticas en empresas del sector. Además, los CIFP suelen ofrecer cursos de formación continua para trabajadores en activo y programas de certificación para los que quieran mejorar sus habilidades y los conocimientos en su área de trabajo. El Centre de la Mar, en este sentido, aporta una gran actividad formativa, ofrece y amplía la oferta educativa profesional en Menorca.
El Consejo Social de un CIFP es el órgano de participación de la sociedad y de los diferentes miembros de la comunidad educativa en el gobierno del centro. Los IES disponen de un Consejo Escolar donde participa la administración que gestiona el centro, el alumnado, el profesorado y la administración local. En cambio, al Consejo Social, hay también representación de los sindicatos y de las empresas con el objetivo de conseguir una mejor integración con el tejido productivo.
Esta tipología de regulación del CIFP permite, por lo tanto, un vínculo próximo y constando con las necesidades sectoriales formativas y la detección de los perfiles cualificados que se necesitan, mejorando así la respuesta y la orientación formativa del centro y también haciendo más competitivo el propio sector.